DOSIS DE LONGEVIDAD” poderes curativos”

Entre 1920 y 1930 hubo un tal “medico” llamado William Bailey, apodado el buscavidas, el cual fue uno de los nuevos ricos de hoy en día.

Pensaba que había creado la panacea de los medicamentos,”El Radithor” que no era nada más que dosis de radio disueltas en agua destilada. 

 

Lo enunciaba entre otras cosas como el alargamiento de la longevidad y la viagra de su época, gracias a la estimulación que producía del sistema endocrino.

 Dicho producto, aseguraba curar según algunos mas de 150 dolencias. Debido a su consumo un gran número de personas murieron y enfermaron.

 

Eben Byers fue uno de ellos, magnate de gran posición que compartió enfermedad con los pobres, fruto de la ignorancia y la codicia que le genero el Radithor. 

El magnate tuvo un día una lesión en brazo, debido a ella en 1927 comenzó a tomar grandes cantidades de este producto, se calcula que entre 1000 y 1500 botellas. Su consumo le provoco la destrucción de los huesos donde se había alojado el radio, dejándole sin mandíbula, desintegrado el resto de los huesos que le quedaban y provocándole la aparición de agujeros en el cráneo.

Con su fallecimiento en 1931, salió a relucir el peligro de la radioactividad, mostrando su verdadera cara. Consiguiendo que Bailey y su emprersa se retirara del mercado, no sin antes vender mas de medio millón de dosis, las cuales durante mucho tiempo se trataron sin protección.
El consumo contribuyo a la introducción de normas de regulación, para el uso de elementos radioactivos.

 
Tras el escándalo, Bailey comenzó a escribir libros sobre la política y la salud. Murió de cáncer de la vejiga, pero nunca admitio que las dosis bajas de sustancias radiactivas son perjudiciales.

Conclusión: Se podría decir, que el Radithor era el cáliz sagrado de los templarios en versión moderna. Del cual se conocieron antes sus poderes curativos que sus efectos destructivos.